La inserción de los estudiantes en el mundo laboral

Como si me taparan los ojos, me metieran en un coche y me soltaran en un descampado y me pidieran que volviera a casa. Esa fue la primera sensación que tuve al enfrentarme a mi primer día de trabajo tras finalizar los estudios.

A lo largo de los años como estudiante, los diferentes cursos a los que te enfrentas están centrados en recoger información teórica de las diferentes materias que componen el currículo educativo, pese a que en ocasiones nos exponen a pequeñas prácticas; pero, normalmente, se carece de una exposición real al mundo laboral al que en un futuro nos vamos a tener que enfrentar.

Es cierto que se disponen de periodos de prácticas, pero en la mayoría de los casos dichos periodos se limitan a ver cómo otros imparten clases y, en alguna ocasión, en el cierre del periodo de prácticas se permite al estudiante dar alguna sesión tras todo lo aprendido durante las prácticas, pero nada parecido a lo que conlleva una realidad laboral. 

Por eso, cuando los estudiantes terminan los estudios sienten un salto al vacío al pensar en enfrentarse al mundo laboral por primera vez.

En mi caso, he sido muy afortunada porque no todos los adolescentes con 24 años, nada más terminar los estudios pueden trabajar en lo que han estudiado en un centro público. Y, aunque muchos consideren que he tenido la mayor de las suertes (que, en parte, sí), fue uno de los momentos que más ansiedad me ha generado: sentí que me soltaban perdida en un descampado y tenía que volver sola a casa. 

El primer día tuve que enfrentarme a claustros, evaluaciones, montar sesiones de hoy para mañana sin conocer al alumnado…

Creo que todo esto fue porque realmente no se prepara al alumnado para enfrentarse al mundo laboral y todo lo que conlleva. Cómo de hoy para mañana pueden llamarte para trabajar en un sitio y tu vida dar un cambio de 180º, cómo de repente tienes que ajustar tu vida a una nueva experiencia...

Considero que es importante el periodo de prácticas que realizan los estudiantes, pero creo que es importante también la preparación psicológica ante un cambio tan repentino, así como poder conocer realmente cómo funciona y todo lo que conlleva ese puesto laboral para el que llevas tanto tiempo formándote.

Trabajar es maravilloso, y más si se trabaja de lo que se ha estudiado, pero es un cambio importante para el que estaría muy bien que los estudiantes estuvieran preparados a nivel teórico, práctico y psicológico. 

Y vosotros, ¿qué opináis? 

Para finalizar, os dejamos este vídeo en tono humorístico que habla de esta situación que exponemos:


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